lunes, 17 de noviembre de 2008

MONARQUÍA CAMPECHANA PARA SÚBDITOS JUANCARLISTAS:

En estos tiempos inciertos en los que la monarquía sondea los límites de su institución mientras los súbditos están distraídos mirando al fondo de sus bolsillos, es fácil olvidar la historia.

Es posible que hayamos olvidado que el abuelo de Juan Carlos Borbón (Alfonso XIII) fue democráticamente rechazado por el pueblo español como cómplice de todo tipo de abusos contra los derechos civiles en general y los derechos políticos en particular durante la dictadura de su buen amigo Miguel Primo de Rivera.
Es posible que olvidáramos que el abuelo real se declarara “falangista de primera hora” que se deshiciese en elogios al ejército golpista durante la Guerra civil.

Quizá olvidamos que el padre de Juan Carlos Borbón (Juan de Borbón y Battemberg) siguiendo los pasos de su padre, se infiltró en el ejército golpista para destruir la república que el pueblo había conquistado. Olvidamos que, al ser expulsado de España por el propio General Franco, y ante las manifestaciones de repulsa del pueblo francés, toda su familia se trasladó hasta la Italia fascista, donde nació el pequeño Juan Carlos (1938) que pronto (con 10 años) entró en España para ser educado bajo la tutela del Dictador como heredero suyo.

Olvidamos quizá que el joven Juan Carlos, a los 18 años de edad y siendo miembro de la academia militar de Zaragoza acabó con la vida de su hermano menor, Afonso en un “accidente” cuando jugaban con un revolver. Es interesante que este suceso ocurriera en un momento en que Juan de Borbón dudaba sobre la opción de abdicar en un hijo educado en el franquismo o uno educado en el exilio. La muerte simplificó las cosas.
Hemos olvidado, convenientemente, que cuando la figura de la monarquía parecía haber cumplido su función en el proceso de transición democrática, un golpe de estado encabezado entre otros por Alfonso Armada (combatiente nacional en la Guerra civil y veterano de la División Azul, maestro militar y amigo personal del joven Juan Carlos) devolvió la importancia al rey y le conquistó el título de defensor de la democracia. Desde el 23-F de 1981 la institución monárquica en España deja de ser mayoritariamente cuestionada y, por el contrario, es aceptada por grupos y organizaciones tradicionalmente republicanas como el PCE, CC.OO, PSOE etc... El golpe de estado fracasó desde el punto de vista militar, desde el ideológico fue un triunfo táctico impresionante.
Nuestro jefe de estado recibe regalos de instituciones privadas (yates, coches, motos, etc...) sin que nadie controle esa forma de corrupción.
Nuestro jefe de estado es irresponsable de sus actos y además criticarle es delito.
Nuestro jefe de estado es el jefe de todos los ejércitos, lo que deja el máximo poder armado del país en manos de una figura antidemocrática y preconstitucional.
La familia de nuestro jefe de estado hasta el 3º grado de parentesco se mantiene gracias a los impuestos públicos.

Todo esto es lo que hemos olvidado, por el bien de nuestra democracia, porque nos hemos convertido en Juancarlistas, porque el rey es muy campechano, porque... somos buenos súbditos.

Democracias al señor.

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